sábado, 20 de septiembre de 2008

Cosmic Crush

Cosmic Crush


Hace un tiempo, curioseando por Minijuegos.com, descubrí Cosmic Crush, un juego muy curioso.

Cosmic Crush, creado por Bill Northcott, se basa en la frase de que "el pez grande se come al pequeño". Pero en vez de peces, aqui son planetas con la fuerza de gravedad como protagonista.

Empezaremos siendo un vulgar meteorito que, para crecer, tenemos que absorber a otros más pequeños. Eso sí, evitando a los planetas más grandes y su fuerza de gravedad, que nos puede atraer hacía ellos y ser comidos.

Así, nos tenemos que aprovechar de la fuerza de gravedad tanto para "comernos" a los planetas más pequeños como para alejarnos de los más grandes. Y como mayor nos hagamos, menos nos afectará la fuerza de gravedad de los otros planetas.

Hay dos modos de juego. El "Level Mode" donde evolucionaremos a lo largo de tres niveles; y el "Survival Mode" equivalente a "quién llega más lejos sin que te coman" con una sola vida. Este último es un suicidio, por lo que os recomendamos jugar el primero porque hay vidas infinitas.


lunes, 15 de septiembre de 2008

Stanley Kubrick, un megalómano perfeccionista

"La novela perfecta de la que se puede hacer una película es, creo, no la novela de acción sino, por el contrario, la novela esencialmente preocupada por la vida interna de sus personajes."

Así pensaba Stanley Kubrick en invierno de 1960, cuando leyó por primera vez la novela "Relato soñado" ("Traumnovelle") del vienés Arthur Schnitzler, publicada en 1926. Desde ese momento, empezó interesarse por lleva al cine el argumento de esa fascinante historia de celos y obsesiones sexuales.

Sin embargo, hubo que esperar a diciembre de 1995 para que la Warner Bros comunicara que Stanley Kubrick estaba trabajando en la preparación de una nueva película titulada "Eyes wide shut"sobre un guión del novelista británico Frederic Raphael basado en el relato corto de Schitzler. El viernes 16 de julio de 1999 la película se proyectó en más de 2.000 cines de Estados Unidos.
El estreno fue un acontecimiento artístico y cultural por diversos motivos. La muerte del director el 7 de marzo, había convertido a esta película en su obra póstuma. Realizador de únicamente 13 largometrajes en 46 años de carrera, cineasta metódico, autor controvertido, creador megalómano, Stanley Kubrick ha sido uno de los más polémicos directores de las últimas décadas.

Su constante información sobre los últimos adelantos en materia de técnica cinematográfica le ha llevado a un inusual perfeccionismo que se ha reflejado en toda su obra. Ello se pone de manifiesto en la excelente utilización que de diversas maquetas hizo durante el rodaje de "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" o en el despliegue efectuado en "2001, una odisea del espacio", donde la NASA aportó algunas informaciones acerca de sus proyectos espaciales. En 1971, utilizó micrófonos inalámbricos para el sonido del registro directo en "La naranja mecánica". En "Barry Lyndon", ambientada en el siglo XVIII, consiguió que, artesanalmente, acoplaran a su cámara unos potentes objetivos Zeiss capaces de captar escenas exclusivamente iluminadas con la luz de unas velas. Posteriormente, ideó la "Steadycam" para realizar insólitos "travellings" que, junto con los magníficos decorados del Hotel "Overlook", hacían que las escenas de la película "El resplandor" fueran más inquietantes. Finalmente, en "Eyes wide shut", a excepción de un par de tomas, todas las calles de Nueva York se construyeron en unos estudios de Londres después de que Kubrick mandara a un equipo a medir el tamaño del pavimento y a copiar con exactitud la forma de los buzones o máquinas de periódicos.

El carácter del director se ha visto reflejado en muchos de sus personajes. Son seres neuróticos y obsesivos, protagonistas de momentos históricos de enorme trascendencia: la primera Guerra Mundial en "Senderos de goria", el alzamiento de los esclavos contra Roma en "Espartaco" o la guerra atómica en "¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú". Los personajes kubrickianos se mueven en espacios cerrados y escenarios circulares; el senado romano de "Espartaco", la sala de reuniones del Pentágono en "¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú", la estación lunar de "2001, una odisea del espacio", la prisión donde Alex es encarcelado en "La naranja mecánica", el laberinto de "El resplandor" o la mansión donde tiene lugar el rito en "Eyes wide shut". Además, la acción se suele desarrollar en lapsos de tiempo muy breves, los actores se encuentran atrapados por él. La acción de "Fear and Desire", por ejemplo, transcurre en 24 horas. La de "El beso del asesino" supera los pocos días. En "Atraco perfecto", el periodo de tiempo global es de una semana. En "Senderos de gloria", el tiempo se concentra en cuatro días. En "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú", en dos horas y, en "Eyes wide shut", en 48 horas.

En la filmografía del director adquiere una gran relevancia el contraste entre la realidad y la ficción, de ahí la reitarada utilización de las máscaras de todos sus personajes. Los delincuentes de "Atraco perfecto" utilizan caretas de goma para robar, así como los de "La naranja mecánica" en la famosa escena de la violación, los astronautas de "2001, una odisea del espacio" usan una escafandra para respirar, los protagonistas de "Barry Lyndon" ocultan su hipocresía con su maquillaje y sus pelucas y, finalmente, los participantes en la orgía de "Eyes wide shut" se disfrazan y ocultan su rostro con unas máscaras. En relación con esta madurez mezcla de la realidad con la apariencia resulta interesante destacar un curioso recurso que utiliza el director con relativa frecuencia: el uso de un lenguaje codificado por sus protagonistas. Así, el de Hal en "2001, una odisea del espacio", el de los reclutas de "La chaqueta metálica" cuando se expresan en términos como "positivo" o "negativo" o el de los Drugos de "La naranja mecánica".

Uno de los temas básicos que suele estar presente en la obra de Kubrick es la transformación de la personalidad de los protagonistas (Jack Torrance en "El resplandor" o el recluta Pyle en "La chaqueta metálica") que, a veces, culmina con una anulación de la personalidad de los mismos (los efectos del tratamiento Ludovico al que se somete "Álex" en "La naranja mecánica").

El juego, el azar y el sexo, son tres factores que también influyen mucho. El juego está presente, por ejemplo, en la partida de ajedrez de "Atraco perfecto", "Lolita" y "2001, una odisea del espacio", las cartas en "Atraco perfecto", el ping pong en "Lolita" y el billar en "La naranja mecánica" y "Eyes wide shut". El destino imprevisible de los personajes, el papel que juega la casualidad, está muy patente en "Eyes wide shut". Vemos cómo Harford se resiste a hacer el amor con la prostituta callejera, que más tarde contraerá el SIDA. Cómo comprueba en el depósito de cadáveres que la mujer que le ha salvado de un trágico final en la orgía, está muerta. Cómo se encuentra dos veces con Nick Nightingale, un antiguo compañero de estudios, tocando el piano y cómo éste más tarde va a ser agredido por haberle revelado la contraseña para asistir a la orgía y, finalmente, cómo Víctor Ziegler va a ser la figura que va a conectar a los participantes en la orgía con los ambientes de la alta sociedad neoyorkina. La pasión sexual es un elemento, también, fundamental. Así, está presente en la orgía de "Eyes wide shut", en la atracción que siente Humbert hacia Lolita en "Lolita", en las violaciones de las jóvenes e ingenuas "devochcas" en "La naranja mecánica" e incluso en la substitución del sexo por la figura fálica del rifle en "La chaqueta metálica".

La meticulosidad en la elaboración de sus proyectos llevó a que en sus primeros films, Kubrick se encargara personalmente de la fotografía, el sonido, el montaje o la producción. Por eso dio tanta importancia a la fotografía y a la música, el propio director diría en el estreno de "2001, una odisea del espacio" y "La naranja mecánica" lo siguiente:

"Hice yo mismo la fotografía de mis primeros films. En los otros siempre indiqué al operador lo que quería: el contraste, el tipo de lámpara, la colocación de las luces... Creo que Walter Carlos ha hecho algo completamente único en el terreno de la interpretación electrónica de la música, esa es la expresión que él emplea. Creo que he oído la mayor parte de elepés de "musique concrete" y electrónica que se encuentran a la venta en Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Estados Unidos; no como consecuencia de que me guste particularmente este tipo de música, sino para mis investigaciones para "2001" y "La naranja mecánica".

Con "Eyes wide shut", una obra de extraordinaria madurez, se pone fina a una breve, pero muy sólida filmografía de uno de los más audaces directores de toda la historia del cine. Como viene siendo habitual, el día del estreno, la crítica quedó muy dividida, los seguidores la elogiaron y los detractores, como siempre, fueron injustamente agresivos. Eso mismo ocurrió en filmes como "La naranja mecánica" o "Barry Lyndon". Sin embargo, a Kubrick, con el tiempo, se le acaba reconociendo su talento y nadie duda ya de que películas como "El resplandor" constituyen un clásico en su género. No en vano, Orson Welles, en una entrevista hecha por Juan Cobos, Miguel Rubio y José A. Pruneda, sentenció: "De lo que yo llamaría la generación joven, Kubrick me parece un gigante. Es un gran director y todavía está por hacer su gran película". No se equivocaba, porque cuatro años más tarde, Stanley Kubrick estrenaría su gran obra maestra: "2001, una odisea del espacio".

Lo mejor: Nicole Kidman, la banda sonora y el universo bergmaniano del ritual en la secuencia de la orgía.

Lo peor: El final, la película está mal acabada, es como si el director se precipitara y no queda claro el mensaje.


Por Carlos Gil, colaborador y experto en cine , en colaboración con Saül Moya para Sinpaliativos.com

martes, 2 de septiembre de 2008

Un caballero oscuro en el reino del terror




"I see a red door and I wanted paint it black … I see a line of cars and there all painted black … I look inside me and I see my hard is black" (Paint in black de los Rolling stones)

Después de escuchar varias veces la polémica canción de los Rolling Stones que refleja como ninguna otra la sensación de caos y de horror me fui a los cines Icaria a ver la última película de Batman y, parecía, como una continuación, la voz de Mick Jagger resonaba en mis oídos mientras veía los títulos de crédito en una de las tardes más sórdidas de un viernes que recuerdo, ¿era una premonición de la emoción cinéfila que iba a experimentar?

Ese día tuvo tres protagonistas: Mick Jagger, Heath Ledger y el terror … y es que "El caballero oscuro" es la más siniestra, oscura y trágica de toda la saga. Christopher Noland ha dignificado el género de superhéroes y le ha dado categoría a una historia que ya no daba más de sí. Se ha empapado de cómics de Frank Miller y Jeph Loeb y Tim Sale y ha llegado donde ningún otro, ha rodado con maestría y mucha inteligencia y ha escrito un guión potente por el planteamiento de la trama y por el análisis psicológico de sus personajes. Si ya demostró su originalidad con "Memento" reinventando el género policíaco, aquí le ha dado una vuelta de tuerca más y nos ha mostrado al Batman más vulnerable y melancólico. En la pantalla la puesta en escena y el trepidante montaje van en perfecta sintonía con una fotografía de Wally Pfister que hace un trabajo perfecto de ambientación dándole el tono lúgubre, triste y maldito de la ciudad de Gotham. Una película totalmente diferente que me dejó fascinado desde la primera escena en ese robo al banco que merece una mención especial, perfectamente sincronizada, matemáticamente planificada y de un ritmo que pocas veces se ha visto, quedas atrapado y desconcertado, desde ese momento ya se intuye el talento de Christopher Noland.

Pero lo mejor es la evolución psicológica de sus personajes, que a mí me recordó a las películas de Stanley Kubrick o de David Lynch, donde en su propio universo los personajes se pierden, cambian y ya nada es igual, todo está lleno de matices y, sobretodo, sobretodo, nada es lo que parece. Pensé en Jack Torrance y en Alex de "La naranja mecánica", también en Fred Madison de "Lost Highway" o en Jeffrey Beaumont de "Blue Velvet" y es que, ante lo desconocido, los protagonistas se transforman y acaban descubriéndose así mismos, comportándose como nunca antes lo habían hecho. Todos evolucionan, el millonario Bruce Wayne descubre el alto precio y el coste en vidas que supone elegir ser un héroe, deberá resistir la adversidad, porque por cada azaña, la tragedia es mayor, en esa capacidad de soportar los peores momentos reside su heroicidad, es más heroe cuanto mayor es el drama y esa paradoja está muy presente y muy bien trazada en las escenas, Christian Bale, definitivamente es el mejor Batman, muy superior a sus predecesores, nada que ver con el Val Kilmer o el Michael Keaton de las primeras entregas; una visión totalmente nueva del superhéroe.

No es el héroe que querría ser, pero es el que la ciudad necesita. El personaje de Maggie Gyllenhaal, una mujer atrapada entre dos hombres, otro conflicto emocional, está mucho mejor que Kathie Holmes (era lo peor de Batman Begins, quiero pensar que fue un error de casting, menos mal que ya no aparece), ¿con quién se quedará? Sea cual sea la elección, supone el alto precio de tener que vivir amenazada constantemente. Evoluciona el fiscal Harvey Dent (fantástico Aaron Eckhart, mejor que el exagerado Tommy Lee Jones) en un desdoblamiento de la personalidad, el honesto fiscal que se corrompe por la fatalidad; su personaje transmite, sobretodo una sensación de impotencia constante, de que algo irremediable va a suceder, de que no puede escapar a su destino, es muy triste, parece sacado de una novela de cine negro.

Y luego está Jocker, un Heath Ledger que le ha dado una dimensión trágica que va más allá de lo anecdótico, hay una crítica explícita a la política, nos ha regalado un villano como pocos; como una fuerza sobrenatural; el terrorista más histriónico y egocéntrico; colorista y maquiavélico; un cerebro para el terror; meticulosamente inteligente; es el que tiene el verdadero poder; el guardián del caos y una sensación de impunidad que todo lo domina; como si fuera imposible hacer nada; un intocable; sórdido y atormentado; jocoso y bromista; terrible y cínico; macabro y espeluznante. Un personaje lleno de matices, magistralmente interpretado (lástima que Heath Ledger haya muerto, ahora le darán el Oscar sólo por eso). Y es una metáfora del terror; cuando se provoca el pavor de la gente; nada se puede controlar y ¿cómo se termina con el terror?, ¿tal vez con más terror? Ahí está el planteamiento tan brillante de Christopher Noland, uno de los cineastas más inteligentes de su generación. Heath Ledger lo ocupa todo, tiene una personalidad, una fuerza … es como algo sobrenatural … de un sadismo … pero a la vez sientes lástima por lo enfermo que está … resulta todo tan inútil ante una mente tan perversa que tiene todo previsto … y es que cuando un terrorista toma el poder nadie está a salvo … el miedo penetra en nuestro cuerpo … pero la noche es más oscura antes del amanecer.

Lo mejor: La dirección de actores; la ambientación; el guión y Heath Ledger, la dimensión que da a su personaje.

Lo peor: la voz metálica de Batman cuando lleva el traje y alguna escena de acción que no alcanza el ritmo ni el nivel de otras.

Por Carlos Gil, colaborador y experto en cine de Sinpaliativos.com