domingo, 24 de febrero de 2008

Vida o muerte a cara o cruz

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Cartel del film
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Otra vez los Coen no han vuelto a fallar, son dos cineastas extraordinarios y con esta película, basada en la novela de Cormac Mc Carthy han vuelto a sorprendernos. Diálogos ingeniosos, ritmo trepidante, sólidas interpretaciones, personajes inéditos... y un final que no deja a nadie indiferente. El azar y el destino, la violencia y la avaricia se enzarzan en este drama a medio camino entre el thriller psicológico y el western contemporáneo.

Llewelyn Moss es un cazador tejano que encuentra, por casualidad un botín de 2 millones de dólares, decide llevárselos, sabe que se equivoca, pero le da igual, va a su casa a reunirse con su mujer, le dice que se marche y, a partir de allí empieza su huida. Entra en escena Anton Chigurh, el mismísimo diablo, una máquina de matar sin ningún tipo de escrúpulos que, sólo para recuperar lo que es suyo, no deparará en destruir todo lo que se presente en su camino. Un terminator humano descontrolado que desata una espiral de violencia que lleva ruina y miseria allí donde va y, un sheriff metódico a punto de jubilarse que cree que lo ha visto todo, pero que ni siquiera él está preparado para lo que va a venir. No es país para viejos.

El mejor retrato de la sinrazón de la violencia desde Apocalypse Now, pura filosofía del mal. No hay mejor denuncia que mostrar el horror en su máxima expresión y ese horror, esa furia desatada, como un huracán que aparece y se va, como un fantasma inmortal que perece por encima de todo, ajeno a la fatalidad, eso es Anton Chigurh y Javier Bardem hace la mejor composición de un asesino en serie desde el Hannibal Lecter de Anthony Hopkins, un personaje lleno de matices, un hombre que mata aunque sólo sea por sus principios, que vive al límite y pone a todos al borde de ese límite, pero que les da la opción de elegir, llega a Nuevo México y Texas como su moneda que lleva en el bolsillo y a todos da una oportunidad antes de ejecutarlos. A cara o cruz, ¿qué está en juego? Todo está en juego, ¿y qué es lo máximo que te puedes jugar? La vida. El bien más preciado con el que esta fiera está dispuesto a jugar.

El sheriff que nos regala Tommy Lee Jones es de los que hacen época, hace uno de sus mejores papeles, un hombre duro, viejo, a punto de dejarlo, maltratado por su tierra, marcado por su pasado, como los de Robert Mitchum o Henry Fonda, de los que dejan huella en esa América profunda. Sin embargo sabe que esta vez es distinto, que se enfrenta a una fuerza que le supera. Un duelo que todos esperamos pero que no llegará, dos vidas paralelas que no se cruzan. Por eso los dos sobreviven, tienen la suerte de no coincidir… y el sheriff seguirá en su tierra, aunque vengan otros a matar.

También destacan Josh Brolin (en una caracterización que recuerda a Nick Nolte), el cazador que pasa a ser la presa de un asesino, sabe que la suerte se termina y que arriesga demasiado, no puede escapar de su fatal destino, Brolin es un actor con un extraordinario talento, ya lo demostró en su papel de policía corrupto en American Gangster, y Nelly Mac Donald, esa mujer desconcertada y atemorizada, víctima de la aventura de su marido, acabará pagándolo, refleja muy bien ese sentimiento en todas las escenas. Sin duda ella también merecía la nominación. Además sale Woody Harrelson y eso es un lujo, a mí me encanta este actor.
Y ese botín de 2 millones de dólares, ¿hasta dónde estarías dispuesto a arriesgar y hasta dónde dispuesto a matar por 2 millones de dólares? La avaricia, el otro gran tema.

Mención aparte destaca el montaje de los hermanos Coen, con seudónimo (Broderyck Janes) en un ritmo frenético, que te atrapa y no te suelta, estás en tensión toda la película, y la fotografía de Roger Deakins, el gran maestro, el mejor operador de fotografía en exteriores, ¡qué imágenes!, ¡cómo rueda los desiertos! Cada plano es como un hermoso fresco, ¡qué variedad cromática! Como en la pintura, qué bien ilumina los encuadres, ¡qué tratamiento de las imágenes! Roger Deakins, el poeta de la luz, poesía visual. Lo domina todo, el color, el blanco y negro, todos recordamos sus trabajos en "Fargo" o "El hombre que nunca estuvo ahí", tiene la fuerza de los clásicos, coge el testimonio de Conrad L. Hall o Freddie Francis. Creo que nadie trabaja los exteriores como Roger Deakins, sientes el calor del desierto.

No es país para viejos y Fargo, Fargo y No es país para viejos, ¿dos caras de la misma moneda? El frío de Alaska y el calor de Nuevo México y Texas, dos historias de violencia… y un botín, ¿reiteración? Yo creo que no, simplemente los Coen se reinventan, no se repiten.
Pero lo mejor es esa dualidad: la del sheriff y el asesino. El hombre tranquilo permanece en ese lugar, a pesar de sus años… y el psicópata, como una sombra, como un espectro, que viene y se va, sin motivo … y arrastra con todo… el huracán Chigurh. Si Toro Salvaje fue la película de los ochenta y Pulp Fiction, la de los noventa, No es país para viejos bien podría ser la película de nuestro tiempo, en esta ola de violencia y sinrazón que nos toca padecer.

Lo mejor: Los Coen, Bardem, Tommy Lee Jones y todo lo demás.

Lo peor: El doblaje, no vayáis a verla si no es en Versión Original.

Por Carlos G.S , experto en cine y colaborador en sinpaliativos.com.

Actualización: Javier Bardem ha ganado el oscar al Mejor Actor de Reparto. Felicidades!!!

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1 comentario:

Rui Caetano dijo...

Um bom filme. Bona Semana.